El IBSAL y la empresa burgalesa Tequipo inician un programa piloto que permitirá identificar necesidades del sector de la salud, tanto en su ámbito asistencial como de investigación, que se pueden cubrir con nuevos desarrollos tecnológicos.

El Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca (IBSAL) y la empresa tecnológica Tequipo han iniciado una colaboración en el marco del proyecto INNHOSPITAL cofinanciado por FEDER a través del programa Interreg- Poctep, para el intercambio de profesionales en busca de sinergias que hagan posible el desarrollo de nuevos dispositivos para el sector de la salud, tanto en su ámbito asistencial como en el campo de la investigación. A lo largo de 2022, esta iniciativa piloto permitirá la estancia temporal de personal del ámbito sanitario en la compañía y, viceversa, de expertos en desarrollo de tecnología en los laboratorios del IBSAL.

BIOTECYL (Clúster de Salud de Castilla y León) como socio del consorcio INNHOSPITAL promueve esta colaboración en el marco del citado proyecto, una iniciativa que cuenta con fondos Interreg para impulsar la actividad innovadora en los centros sanitarios. Una de sus líneas de trabajo consiste en identificar las necesidades de los hospitales y centros de investigación y las capacidades de las empresas, poniendo en contacto ambos sectores. “Los clusters son herramientas inmejorables para la dinamización de los ecosistemas de innovación y este es un buen ejemplo, en el que no sólo trabajamos codo con codo con las instituciones sanitarias y de gestión, sino que a través del contacto permanente con otros clusters, como nuestros compañeros de CBECYL (el Clúster de Bienes de Equipo de Castilla y León) hemos podido poner en marcha esta iniciativa. Para ello se ha firmado un acuerdo de colaboración como un programa piloto de intercambio que beneficiará tanto al IBSAL como a la compañía Tequipo”, explica Ana Victoria Pérez, gerente de BIOTECYL.

El IBSAL es un centro de investigación biomédica de referencia, única entidad que cuenta con la acreditación del Instituto de Salud Carlos III en Castilla y León, y que agrupa a unos 600 profesionales pertenecientes al Hospital Universitario de Salamanca, la Gerencia de Atención Primaria de Salamanca, el área biosanitaria de la Universidad de Salamanca, incluyendo el Centro de Investigación del Cáncer (CSIC-USAL) y el Instituto de Neurociencias de Castilla y León. Por su parte, la empresa Tequipo, con sede en Burgos, se dedica al desarrollo de bienes de equipo para la industria y está diversificando su actividad a otros sectores.

El objetivo de esta colaboración es “identificar necesidades que nos lleven al desarrollo de prototipos o pruebas de concepto de equipos y maquinarias inteligentes que mejorarían la asistencia hospitalaria y la investigación biomédica”, explica Pilar Armero, responsable de la Unidad de Innovación del IBSAL. “Lo más interesante para nosotros es que, con este programa de intercambio, unimos profesionales de diferentes áreas. De esta manera, un ingeniero o un experto en electrónica o informática nos puedan dar soluciones que no habíamos considerado desde el punto de vista estrictamente sanitario. La creación de equipos multidisciplinares permite contar con sensibilidades y experiencias diferentes y, por tanto, enriquece a todas las partes”, añade.

Investigadora en el Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca (IBSAL)

“Muchas de las aplicaciones de nuestros productos son ideas de nuestros clientes”, explica Josema Fuentes, cofundador y CEO de Tequipo, “son ellos los que nos dicen cómo adaptarlos para nuevos usos, así que con el sector sanitario trabajaremos de la misma manera”. La empresa burgalesa desarrolla sus propios equipos, tanto el hardware como el software. Su especialidad es el desarrollo de máquinas para automatizar procesos, mejorando la eficiencia y la productividad.

Aunque su trabajo está focalizado en la gran industria, ya ha llegado a otros sectores, como el alquiler de vehículos o las loterías (máquinas que expenden décimos). Incluso tienen proyectos relacionados con el mundo del arte. En el ámbito sociosanitario, ya han trabajado en un proyecto relacionado con los centros de salud mental: el desarrollo de máquinas para la gestión de pequeñas cantidades de dinero.

Josema Fuentes, cofundador y CEO de Tequipo, en las instalaciones de la empresa en Burgos

Lecciones de la pandemia

Sin embargo, la pandemia impulsó a Tequipo a interesarse aún más por el sector de la salud. “A raíz del COVID-19, fabricamos un aparato que sirve para purificar el aire y limpiar las superficies (www.hit-hit.es)”, comenta el CEO de Tequipo. “La idea es convertir en zonas más seguras centros de salud o salas de espera y va mucho más allá de esta crisis sanitaria, porque sirve para cualquier virus o bacteria”, explica. Aunque el origen de la empresa está más vinculado al ámbito industrial, “todo lo que sea diversificar y poder ofrecer soluciones en otro tipo de sectores, es positivo”, afirma.

Según recuerda la responsable de la Unidad de Innovación del IBSAL, la pandemia generó colaboraciones inusuales entre la industria y el sector de la salud porque se trataba de una situación de emergencia ante la falta de capacidad de los proveedores internacionales. Sin embargo, ahora se puede aprovechar esa experiencia para “generar un programa en el que el intercambio sea más habitual, y del que salgan soluciones”. Por el momento, el acuerdo con Tequipo impulsa “una primera fase para intercambiar conocimientos y puntos de vista”. No obstante, está claro que el siguiente paso sería el desarrollo de soluciones para proyectos sanitarios que, al mismo tiempo, puedan ser comercializadas por la empresa al tener un interés para el mercado.

“Estamos ante una primera toma de contacto para ver qué podemos aportar”, coincide Josema Fuentes, socio del Cluster de Bienes de Equipo de Castilla y León (CBECYL). “Por una parte, están las tecnologías que nosotros ya utilizamos y los productos que tenemos. Por otra, se trata de identificar otro tipo de capacidades que puedan servir a los sanitarios para mejorar sus servicios y su eficiencia”. En ese sentido, es importante desarrollar “la capacidad de contarnos lo que hacemos unos y otros” para aprovechar todas las posibilidades.